Una maravilla natural, ubicada a más de 4 mil metros de altura, inmersa en la cordillera de los Andes y próximas a los volcanes Miscanti y Meñiques, de quienes aluden sus nombres.
Imposible perdérselo, sus aguas de azules intensos y orillas blancas reciben la presencia de una amplia variedad de aves, entre ellos taguas, gaviotas altiplánicas y flamencos. Caminar a través de sus laderas te brindará una sensación de paz y quietud que solo entenderás a través de la experiencia.